Desde pequeña me enseñaron a ser fuerte. A no llorar en público. A resolver sola. A no depender de nadie. A no molestar, a no fallar, a no mostrar grietas. Porque ser fuerte era lo correcto. Lo esperado. Lo que generaba orgullo.

Y lo aprendí bien.

Me convertí en la persona confiable. En la que no se quiebra. En la que carga con más de lo que le toca. En la que sostiene, aún cuando por dentro se desmorona. Fui hija ejemplar, buena estudiante, ejecutiva imparable.

Y funcionó.

Mi carrera avanzó, mis logros crecieron, mi liderazgo se consolidó. Me acostumbré a no pedir ayuda, a callar el cansancio, a racionalizar el dolor. A responder “todo bien” incluso cuando sabía que no era verdad.

Hasta que un día, el peso fue demasiado.
No por un evento catastrófico. Sino por acumulación.
Porque nadie puede sostener el mundo solo.
Porque no se puede liderar sin habitarse primero.

Y ahí apareció el dilema:
¿Cómo pido ayuda… cuando mi valor siempre estuvo en no necesitarla?

Reconocerlo no es fácil. Porque el personaje de la niña fuerte se metió tan profundo en mi, que con traje, cargo y reputación siguió operando desde las sombras.

Pero liderar no es resistir.
Liderar no es cargar.
Liderar no es demostrar que puedes con todo.

Eso no es fuerza. Eso es trauma disfrazado de excelencia.

La verdadera fuerza está en desarmar la coraza.
En permitirte no saber. No poder. No tener la respuesta todo el tiempo.

La verdadera fuerza está en pedir ayuda, no como debilidad, sino como acto de madurez emocional. Como decisión consciente de no seguir sola. De tejer vínculos reales. De construir liderazgos sostenibles.

Porque sí, puedes seguir solo. Pero ¿a qué costo?

Solo, puedes ser eficiente. Acompañado, puedes ser sabio.
Solo, puedes lograr mucho. Acompañado, puedes transformar.

Este dilema lo he vivido. Lo he visto en cientos de líderes. Lo he escuchado en salas donde nadie se atreve a ser el primero en decir “ya no puedo más”.

Y cada vez que alguien lo dice… algo cambia.

Por eso escribí este libro.
Para romper el mito del liderazgo solitario. Para liberar a esa parte de ti que ya no quiere sostener más sola o solo.

Más Humanos, más exitosos no es solo un libro.
Es una conversación pendiente contigo mismo.
Una que puede empezar justo ahora, con esta pregunta:

¿Cuánto de tu liderazgo actual está sostenido por una niña o niño que aprendió a no necesitar a nadie?
Y… ¿qué tipo de líder podrías ser, si por fin se lo permitieras?

Muy pronto estaré compartiendo el evento de lanzamiento.
Si este texto tocó algo en ti, el libro lo hará aún más.
Y si no es para ti, tal vez sea para esa persona que sigue resistiendo… en silencio.

Melanie Azurdia Schaart

Creo en un nuevo paradigma de liderazgo: uno donde la humanidad, la coherencia y la conciencia
ya no son opcionales, sino la base de cualquier transformación real.
He acompañado a empresas, líderes y equipos en procesos de cambio profundo.
No desde la teoría, sino desde la experiencia encarnada.
Sé que lo cultural no se impone; se habita.
Sé que los grandes resultados no nacen de estructuras rígidas, sino de personas enraizadas y seguras emocionalmente.
Trabajo para crear espacios donde se pueda hablar con verdad.
Donde el silencio sea tan valioso como la estrategia.
Donde las personas se reencuentran con lo que realmente importa.
No acompaño para resolver. Acompaño para revelar.
No diseño procesos para cumplir. Diseño experiencias que transforman.
No me interesa el protagonismo. Me interesa el impacto real.
Mi trabajo es unir lo visible con lo invisible.
Lo humano con lo sistémico.
Lo tangible con lo esencial.

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